martes, 15 de febrero de 2011

Máximas para la mujer moderna


  • El amor puede tocar a la puerta en cualquier momento. Por eso hay que estar siempre más o menos depilada.

  • Que él piense que tiene el control, ese es el arte de ser mujer.

  • Los buenos besos son como las casa viejas, lo que sucede arriba se siente abajo.

  • El gallo es el gallo, ¡pero la de los huevos es la gallina!

  • Si eres caprichosa, con toda seguridad haces berrinches. Mi'ja, eso es insoportable.

  • Arriba los hombres (así se cansan ellos).

domingo, 13 de febrero de 2011

Hazte pa' lla. Vente pa' cá.


Ciertas veces recuerdo aquella anécdota ajena que me ralatara mi muy mejor amigo hace algunos años. Es la historia de un tipo que invitó a salir a esta chica —conocidos ambos de Johny—. Cuando llegó el día de la cita fueron al cine. Ella tomó un lugar en la sala, él vaciló y finalmente dejó una butaca vacía, así miraron la película. La mujer se sintió desconcertada, lo mismo que todos los que escucharon el relato unos días después. Cuando le preguntaron al fulano por qué había actuado de esa manera contestó simplemente: "me pareció lo más adecuado".

Para alguien como yo, no resulta fácil comprender este racionamiento. Se me ocurre que muchas personas temen acercarse a los demás o lo consideran una empresa complicada. Y lo comprendo, puede resultar fatal; si te acercas demasiado, tal vez encuentres algo oscuro y aterrador. Aunque a decir verdad, el encuentro con los otros resulta casi siempre muy edificante, incluso si al final te pintan dedo. Al marcharse de tu vida, las personas te habrán dejado una herencia indeleble en el alma, una recomendación o una nueva idea incubada que "cambiará tu vida para siempre", como me gusta escribir cuando redacto la cartelera de una de las revistas para las que trabajo. ¡Adoro los clichés!

Como soy una romántica incurable, mi sueño más dorado es dejar algo bueno (por mínimo que sea) en la gente que conozco en el camino. Dicho lo anterior, confieso públicamente que le estoy agradecida hasta a los que una vez me lastimaron, y también a los que todavía extraño y a los que ya me valen madre. Gracias a Aldo por los Rolling Stones, a Alejandra por Eliseo Subiela, a Jafet por la lección, a Dyana por la risa, a Omar por el cine y la música, a Encarni por Holbox, a Yanira por las anécdotas; a todos éstos y los que me da flojera mencionar por los buenos momentos. ¡Y muchas gracias también a los que todavía andan por ahí enriqueciendo mi vida!