jueves, 25 de febrero de 2010

Palabras más, palabras menos


Me gustan las palabras, me fascinan los diccionarios: Bilingües, técnicos, etimológicos, enciclopédicos, de dudas, de regionalismos; en la oficina siempre tengo a la mano el de sinónimos y antónimos. Pero mi favorito es en definitiva El diccionario del diablo de Ambrose Bierce, es ingenioso y perverso, las cualidades que más me atraen. Veamos algunas definiciones:

Amor: s. Insania temporal curable mediante el matrimonio, o alejando al paciente de las influencias bajo las que ha contraído el mal. Esta enfermedad —como las caries y muchas otras— sólo se expande entre las razas que viven en condiciones artificiales; las naciones bárbaras que respiran aire puro y comen alimentos sencillos, son inmunes a su devastación.

Diccionario: s. Perverso artificio literario que paraliza el crecimiento de una lengua además de quitarle soltura y elasticidad. El presente diccionario, sin embargo, es una obra útil.

Futuro: s. Época en la que nuestros negocios prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad está asegurada.
Injusticia: s. De todas las cargas que soportamos o imponemos a los demás, la injusticia es la que pesa menos en las manos y más en la espalda.

Paciencia: s. Forma menor de la desesperación, disfrazada de virtud.

Desde hace algún tiempo, yo misma me he ocupado en elaborar una lista que denomino "Palabras de la momiza", que incluye expresiones de mi abuela [y otras doñas y ñores] y que sería una lástima que cayeran en desuso. ¡Ayúdenme a rescatarlas!

Cotorrear: v. Gozar, divertirse.

Chipil: adj. Dicho de una persona. Sensible.

Modorra: s. Cansancio.

Achicopalado: adj. Dicho de una persona que está triste.

Tarugada: f. Dicho o hecho tonto.

Itacate: m. Provisión de comida.

Argüende: m. Escándalo.

Emperifollado: adj. Dicho de una persona que va muy arreglada.

Algunas frases:

"Me va a dar el telele": Sufriré un colapso nervioso
"Ya chupó faros": Feneció
"Este cuate ya se ve muy traqueteado": Ese sujeto luce avejentado
"Estás dado al cuaz". Estás jodido
"Se me antojó una fritanga": Quiero comer chatarra grasosa
"Eres un fantoche": Eres presumido
"Tengo un titipuchal de trabajo": Tengo mucho trabajo

Y mi favorita de todas (gracias, mamá): "Estoy con el pendiente". Que significa "me siento preocupada".




martes, 23 de febrero de 2010

Cosas en las que ya no creo

1. El edificio con la cruz

Fui educada en la religión católica, estudié en colegios en los que además de las clases del programa, siempre nos daban religión. Al principio estaba muy interesada en ello, aunque sentía que muchas cosas nomás no cuadraban, me preguntaba cómo era posible que tres fueran uno, por qué teníamos que ir a un lugar especial para elevar plegarias si dios está en todas partes, no entendía cómo podía un padrecito perdonar los pecados y se me iba la vida en pensar que alguien observaba todos mis movimientos, eso sin mencionar el tema del infierno, el amor infinito y los tormentos eternos como que no son compatibles.

Mamá se esforzaba por arrastrarme a misa cada domingo (incluso contra su propia voluntad), sentía que eso era lo correcto. Yo simplemente me llevaba mi walkman o un libro y me ponía a leer durante la hora que duraba aquello. A los 13 decidí que no iría más, y creo que fue una de las mejores determinaciones. Me encanta creer en Dios, me hace feliz. Pero la iglesia me caga.

2. Los señores con los mejores sueldos en el país

Cuando era muy joven quería cambiar el mundo (como todos) y pensaba cándidamente que eso podía hacerse desde el mundo la política. Primero quería estudiar ciencias políticas, más tarde decidí que el periodismo era mejor idea. Durante la licenciatura pude percatarme de que el ejercicio periodístico está bien descrito por Kent Brockman en Los Simpson cuando un meteorito está a punto de destruir Springfield y, asumiendo que todo se va al carajo dice:

—Como periodista uno se entera de muchas cosas. En fin, todos estos son homosexuales…

Nunca podré olvidar los comerciales de terror durante las elecciones presidenciales en 2006.

Ya en el 2003 nos bombardeaban con estas joyas:


Lo que quise decir es que la política apesta. Lo cierto es que la gente [al menos la población joven] ya no está politizada como hace algunos años. Sólo quedó el desencanto.

Por eso me dedico al estilo de vida.

3. Lo que dicen los tipos

Es que pinches hombres, todos son iguales. Bueno, hay unos más iguales que otros.

jueves, 18 de febrero de 2010

Fotografías


Una de las ideas que me asaltan de manera recurrente es el profundo desconocimiento de mi misma: con frecuencia me sorprende descubrir algún gesto extraño en una foto propia y no puedo creer que esa sea mi voz cuando la escucho en una grabación. Ya decía Milán Kundera que somos los más grandes extraños para nosotros mismos, nunca sabremos qué nos hace simpáticos, atractivos o desagradables desde la perspectiva de los demás.
Lo mismo sucede con nuestras reacciones, no tenemos idea de qué vamos a decir o hacer en una situación determinada, pensamos por ejemplo, que si alguna vez nos encontramos en peligro correremos, y a la hora de los cocolazos nos quedamos petrificados.
Si esto sucede a pesar de que vivimos en nuestro pellejo, la cosa se complica necesariamente con los demás, de tal manera que recurrimos al viejo truco de las etiquetas. Es algo que pienso desde que vi Memento [Amnesia] hace algunos años, el argumento de la cinta es muy interesante; Leonard, el héroe, ha perdido la memoria a corto plazo, sólo recuerda lo que sucedió hasta el día en que su esposa fue asesinada y sólo piensa en vengarse. Para sobrevivir y consolidar su plan, se ha tatuado algunos mensajes importantes, y cada vez que conoce a una nueva persona, toma una fotografía instantánea y escribe al reverso un par de cosas que le sirvan como guía para la próxima vez que la vea.
Aunque nuestra memoria funcione bien, pienso que la de Leonard es una estrategia que todos desarrollamos para intentar comprender a los demás y relacionarnos con ellos. Según mi teoría, todo funciona de la siguiente manera:
1. Conocemos a alguien
2. Creamos un juicio de valor a partir de nuestras propias referencias
3. Le pegamos en la frente —o en la espalda— una o varias etiquetas
4. Nos comportamos de acuerdo con lo que hemos decidido que es el sujeto en cuestión
Suponiendo que pensamos que esa persona es simpática, seguro la vamos a tratar muy bien, ella lo va a notar y se portará amablemente también. Lo malo es que algunas veces pasa lo contrario, decidimos muy temprano en una relación que el otro es distinto, que es tonto, por decir algo. Luego lo tratamos como si lo fuera y naturalmente, luego no nos soportamos.
No digo que no existan personas infumables, sin embargo es patético invertir nuestro valiosísimo tiempo en pensar cosas desagradables del resto de los mortales.
Propongo pues, una solución ñoña y sumamente romántica que a mí siempre me funcionó: Si alguien te caga, piensa en qué se parece a ti, trata de conocerlo un poco más y comienza a tratarlo con cariño. No es nada fácil, porque como dice uno de esos idiotas grupos de Facebook, "cuando alguien te cae mal, todo lo que dice te parece estúpido", pero casi todas las personas tienen algo bueno que ofrecer.

lunes, 15 de febrero de 2010

Sospecho de todo

Siempre me gustó creer que hay algo truculento detrás de la versión oficial, por eso soy partidaria de las teorías de conspiración, cuando era niña prestaba atención a los que decían que la escuela había sido un convento —debo apuntar que esto era posible en mi escuela de monjas— y que ahí estában enterradas algunas "madrecitas" y entonces espantaban, es el lugar común más manoseado de todas las primarias pero igual pega.
Con el tiempo, mi afición por encontrarle tres pies al gato se volvió más sofisticada y ahora me gusta pensar en las trampas del sistema y otras cosas del universo. De cualquier forma, sin importar si comparten o no mis perversiones, todos deben ver esto:




Por fin encontré apoyo a mis sospechas.