
Los miedos en el siglo XXI son el fenómeno más pronunciado en las voces de los ciudadanos y forma parte de la vida cotidiana en muchas familias porque la incertidumbre económica, la inseguridad social, la alteración climática y nuevas amenazas naturales, las guerras permanentes, el crecimiento incontrolable del crimen organizado y los riesgos informáticos han demostrado cuan frágiles somos y la carencia de recursos que tenemos para afrontar los escenarios cambiantes y las coyunturas impredecibles que vivimos a diario.
El poder termina donde comienza el miedo: Estamos aquí para vivir gustosamente todo lo que la vida tenga para ofrecer, para aportar nuestras ideas al mundo y mostrar nuestra excelencia personal. La civilización se basa en un acuerdo y en estos tiempos se nos reclama ofrecer al mundo, nuestra visión de armonía y cooperación. Busca los valores nobles y vive con intenciones honestas. Asume tu poder personal, acepta la responsabilidad en tu vida... El poder de vivir bien y prosperar es algo que debe crear cada uno, de modo que debes sembrar la semilla para un elegante cambio en el jardín de tu mente.
Entramos al túnel de la inseguridad y la angustia, nada ni nadie puede dotar de sentido y seguridad a las demandas ciudadanas, el Estado se acható, la globalización rompió las fronteras y soberanías nacionales, los poderes de facto del mercado imponen la política económica, los movimientos sociales derrumban entramados institucionales y la certeza se diluye en un mar de contradicciones y sin encontrar una dársena donde anclar la seguridad y desalojar los miedos de las subjetividades colectivas.
El uso sano del miedo tiene su sentido y puede servir como una voz de alarma para que no te acerques demasiado a un precipicio. Cuando te acercas a un verdadero peligro, tu cuerpo siente un auténtico sofoco de energía, pues la amígdala envía señales de luchar o huir. Nuestra mayor prueba consiste en hacer que el cuerpo supere el miedo. Cuando el centro del miedo se activa constantemente y se convierte en un hábito, la mente no puede pensar claramente. Cuando cambies tu actitud, cambiarás también tu vida individual y colectiva. En todas partes del mundo se están dando cuenta de que es necesario reorientar la dirección de la atención global hacia la honestidad e integridad, valorando la paz y honrando y cuidando respetuosamente la Tierra y todas sus criaturas.
El miedo en la sociedad es, entonces, inconmensurable debido a su manifestación en lo extenso de la capilaridad del cuerpo social y con diversas expresiones. Existen los miedos a ser pobre, a quedar excluido, perder la vida, llegar a desemplearse o estar enfermo por epidemias emergentes, quizás a no contar con su familia o la desaparición de sus padres, en fin, hay diversos miedos pero siempre existe una fuente de miedo porque no existe el miedo a lo desconocido sino al ente, sujeto o factor que lo determina.
La humanidad se está poniendo a prueba para ser mucho más consciente de cómo utilizar el poder del pensamiento. Hemos nacido con muchas habilidades; sin embargo, nuestras creencias insisten en el hecho de que somos impotentes; por eso, esas habilidades están bloqueadas. La clave para solucionar la crisis planetaria se halla en el humilde reconocimiento que la humanidad ha desarrollado una especie de miedo colectivo ante el poder de crear.
Todo es perspectiva, mis queridos hermanos.
Itálicas: citas de Arquitectura política del miedo, de Robinson Salazar
Negritas: extractos de Recuperar el poder, de Barbara Marciniak
Ahora los dejo. Si les apetece, vean nomás lo ridículos que se ponen cuando le temen a cualquier cosa...