miércoles, 17 de marzo de 2010

¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?


Digo que no puede decirse el amor
el amor se come como un pan
se muerde como un labio
se bebe como un manantial

Jaime Sabines

Como concepto está tan manoseado que algunas veces hasta flojera da pensar en él. Sin embargo, no puedo dejar de abordarlo, finalmente todos lo buscamos —aunque nos cause un poco de vergüenza admitirlo—. Ya me pasé muchos años diciendo que para mi, el amor era puro cuento, un invento de los publicistas, un argumento para coger... luego me dio por la fe y ¡qué bonito! Después nada, pero la cosa es que mis ideas han cambiado.

Ahora pienso que "te amo" es una frase muy grave [ah, que pinche ñoña soy]. Siempre cae bien que alguien te lo diga, y qué maravilloso es tener ganas de decírselo a alguien; pero ¿qué significa? Porque hay que precisar que la calentura no es amor (carajo, ni se parece; no comprendo por qué algunos los confunden), que el cariño que nace naturalmente después de muchas horas de conversación, cervezas y cine con los amigos no es amor; y que definitivamente, la dependencia que sufre la banda que amenaza con suicidarse con cada ruptura no es amor.

Hay que apuntar que existe una diferencia entre amar y estar enamorado. Para ilustrarlo les contaré la historia de R. Lo conocí cuando tenía 16 años y estaba en primer año de bachillerato. Él estaba en último curso y cada mañana llegaba y lo encontraba recargado en el mismo sitio, instalado en su pose de chico malo. Me ponía tan nerviosa que no podía ni hablar cuando estaba cerca de él, las pocas veces que conversamos me di cuenta de que no teníamos afinidad intelectual pero igual me encantaba. Era algo químico. Una vez salimos, fuimos a jugar billar (¡qué emoción!) se acercó para besarme pero yo, pendejamente, me quité. Después él salió de la escuela y no lo vi más. Bueno, se queda en lo anecdótico, pero el chiste es que jamás me volví a poner nerviosa con nungún tipo por mucho que me gustara (me encantaría volver a experimentar esa sensación adolescente). Creo que ese es un buen ejemplo de enamoramiento, palabra que bien podría ser sinónimo de aturdimiento.

Luego tenemos "lo que viene siendo amorrr", que después de darle muchas vueltas, creo que se relaciona con la aceptación total de una persona. Pongamos otro ejemplo, hace algún tiempo hablaba con una amiga que decía que ya no le apetece sexualmente su novio porque ha ganado peso (!). Enseguda pensé "es porque no lo ama" y recordé el caso de J, un novio que tuve. Oh, no sabía que podía ser tan cursi; le enviaba mensajes que decían cosas del estilo "eres hermoso como un amanecer", o "te amo porque sabes convertir miradas en sonrisas, sonrisas en suspiros y suspiros en soles".

Cuando lo conocí tenía un cuerpo atlético, pasaba horas en el gimnasio, pero después de unos seis meses de bajonear con pizza de peperoni, cheesecake y otros caprichos altos en calorías, pues se puso gordito. Yo lo seguía amando locamente, me hubiera valido madre que se quedara calvo. Recuerdo que cuando llevábamos como dos o tres meses me fui de viaje a Argentina y me sorprendió lo perros que son los porteños, en Cuba lo entendía porque todos te ven cara de pasaporte, pero en Buenos Aires recibí tantas "ofertas masculinas" de sujetos tan guapos que me resultó difícil resistir, ah pero yo amaba a mi novio y pus no le puse el cuerno [seguro que no hubiera estado mal]. Eso es amor del bueno, chingá. En fin, que luego terminamos, pero igual me gustaría volver a sentir eso —por alguien más—, y que sea mucho tiempo por favor.

Muchas personas se pasan la vida creyendo que van a ser verdaderamente felices sólo cuando por fin encuentren a la persona que las complemente, a su "media naranja" (como si las personas fueran sólo una mitad). Ese argumento me parece muy sospechoso. Yo digo que no, para mí que la felicidad depende de cada quien, hay que moverse de un lugar en el que no te sientes cómodo, hay que buscar ocuparte de lo que es importante para ti. Para mi la felicidad es una responsabilidad, pues.

Y sí, encontrar una pareja es importante, pero hay que saber distinguir entre amar, estar enamorado, obsesionado o nomás obstinado. Porque cuando amas de verdad, eres bueno, por eso san Agustín decía "ama y haz lo que quieras"; por muy ñoño que parezca, es algo sagrado. Pero cuando estás enamorado eres idiota, y cuando estás obstinado cuídate de no acatarrar.

*La ilustración es de Alex Gray, quien pronto viene a México.

4 comentarios:

  1. Bueno... me hiciste recordar varias historias. Algunas de ellas ya las conoces. Yo nunca dije que el amor era un cuento... pero sí que yo estoy negada. Lo sigo diciento, como mantra, como para no caer en el cliché que no sólo me da hueva, sino pánico.

    He optado por el "flojita y cooperando", que también se puede describir como un "dejar fluir". Si resulta que siempre no estoy negada y logro en algún momento de mi existencia tener pareja, bien. Si no, pues no.

    ResponderEliminar
  2. Mmmm encuentro algo contradictoria tu postura, pondré un ejemplo que me viene a la mente, así nomás, por decir algo:

    Si la persona ésa, a la crees que amas, luego resulta que tiene escondida en el armario una bolsa con los pelos del sobaco que se afeita desde la pubertad. ¿Era amor o enamoramiento?

    Punto aparte. Otra cosa que me parece de lo más zalamero, es la gente que tiene la foto de su amor en turno en el teléfono móvil. Jo jo jo

    ResponderEliminar
  3. Pues a mí me parece que uno puede enamorarse de alguien, incluso llegar a amar a alguien que luego resulta ser... cualquier cosa. No tiene nada que ver. Si después de descubrir la bolsa de pelos y uñas, sigues enamorado —o amando— al sujeto en cuestión, entonces tienes problemas.
    Por lo que se refiere a la foto del amor en turno en el cel, sí es una tontería, pero así se comportan los enamorados, estúpidamente.

    ResponderEliminar