martes, 23 de marzo de 2010

¡Sobrinos, por favor!


He notado que este mundo está muy escasamente poblado.

Bueno, ya. La mera verdad es que ya se me cuecen las habas por tener a quien malcriar: quiero sobrinos. Lamentablemente, mi hermana ni novio tiene, ash. No se atrevan a aconsejarme que tenga hijos, por favor, eso da asco (además, por el momento vivo en la soltería más abyecta).
Pero quiero experimentar todas las cosas buenas que los mocosos pueden ofrecer, se me ocurren varias que hacen suspirar: huelen rico, se les puede vestir y peinar ridiculamente y se ven adorables, se ríen con extrema facilidad, y lo que más me gusta, siempre te miran a los ojos. Mientras no aprendan a hablar, les puedo apachurrar los cachetes a gusto. Ah, tengo muchas ganas de leerle cuentos, ponerle música, llevarlo al cine, comprarle dulces y juguetes.
Pero como dije antes, hijos no. Siempre he sabido que no quiero ser mamá, sólo de pensarlo me dan arcadas. Y tengo mis razones:
Mi vida profesional es muy importante como para sacrificarla por un hijo, y Dios sabe que los niños necesitan que les dediques mucho tiempo (que prefiero usar para ir al cine o para leer).
Es muy caro (me gusta más gastar en mi que el los demás).
Los bebés siempre arruinan el romance.
Mi mamá es tan, pero tan buena, que no creo poder superarla.
No hay manera de decirle a alguien que no haga lo que yo hago siempre.
Guácala con lo de cambiar pañales.
Me gusta dormir tranquila.
No tengo instinto materno, la idea de los sobrinos me gusta porque sólo implica las partes buenas del asunto.
El embarazo debe ser un tormento.
Ya somos muchos aquí.

2 comentarios:

  1. Lo mejor de los sobrinos es que en cuanto hay que cambiarles el pañal, la ropa... o de plano te aburre, siempre puedes depositarlos en la seguridad de los brazos ¡de tu hermana! Jajaja.

    ResponderEliminar
  2. Yoli... Terminé de leer y me sentí como en mi sueño del lunes... ¡con una graaaan panza culpando a alguien por ella! M-I-E-D-O

    ResponderEliminar