Nos quejamos incansablemente, jodemos al terapeuta, a los amigos y familiares con las mismas broncas, lo de siempre, idénticos cuentos (quizá cambian de nombre pero la trampa es igual). Ellos, comprensivos, escuchan y a veces, nos dicen lo que no podemos ver: qué estamos haciendo mal.
Luego nos encontramos del otro lado, prestando oídos. Y sabemos exactamente dónde la está cagando el otro, es muy fácil cuando no estás nadando en ese caos.
Cada día aceptamos el desafío de la abstracción, y la tarea de diseccionar la propia vida, analizamos dónde está el quid de la situación par llegar al mismo punto: hacemos las mismas cosas esperando distintos resultados.
Por eso, aquí les va la receta:
color my life with the chaos of trouble
ResponderEliminarOuch!!! Justo estoy trabajando en no repetir la receta, por mucho que sea un animal de costumbres... suerte con eso!
ResponderEliminarOhhh. quitaron el video. Maldición.
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